Mi trayectoria me define

1972. Soy Escorpio

Nací un 12 de noviembre, a las 6,55h.

Sí, soy doble escorpio.

Con el tiempo me rendí a la evidencia: para mí es muy natural profundizar y facilitar conversaciones complicadas.

Gracias a eso puedo aterrizar bases más sólidas y con un sentido más profundo en contratos como pactos de socios que necesitan mucho más que un negro sobre blanco genérico y despersonalizado.

Acudí enfurecida a protestar.

Había estudiado por mi cuenta, con libros y material que tenía mi padre.

El profesor me explicó que si quería que me fuese bien en la carrera debía limitarme a memorizar el programa que impartía y vomitarlo volcarlo en el examen.

Entendí la importancia de conocer las reglas del juego y por eso aconsejo a mis clientes que en cuestiones legales dejen a un lado lo que les parece “justo” y se aseguren de conocer las reglas del juego.

Con él aprendí a ejercer la profesión.

Me fue muy bien hasta que, años después, empecé a sentir que algo no encajaba porque no era yo sino una gran copia suya.

Estudiar mediación.

Entender el conflicto y sus causas.

Aprender a facilitar espacios de comunicación y entendimiento.

Se abrió una puerta que ya no pude cerrar

Dejar el despacho de mi padre. La seguridad. La estabilidad. El futuro asegurado.

¿Por qué?

Porque quería recorrer un nuevo camino profesional de la mano de un socio con el que había hablado mucho de lo que haríamos, y nada de nosotros.

Me pegué un hostión apoteósico.

Mi socio decidió mantener su vida segura mientras que yo lo había dejado todo y me había lanzado a una piscina sin agua.

Por eso facilito conversaciones esenciales entre socios, en las fases previas a iniciar un negocio juntos, porque se habla poco de lo que importa de verdad: los temas personales.

Mi curiosidad me había llevado a aprender nuevas herramientas: Diseño Humano, Triformación Social, Astrología Empresarial, y más cosas.

Me ayudaban a ayudar mejor a mis clientes, a la vez que me alejaban del cliché de abogado tradicional.

Quise mandar un mensaje claro y lancé la web Una Abogada Diferente.

Me avisó una amiga por WhatsApp

Pensaba que estaba de coña. No me había enterado.

No sabía cómo había caído en esa lista puesto que las nominaciones vienen de otros Abogados y ninguno de mis conocidos me había nominado.

No resolví el misterio y ahí sigo, año tras año.

Mi sensación es que en un futuro no muy lejano los Best Lawyers serán los abogados que tengan la habilidad de conectar de forma personal, humana y empática con sus clientes.

Está por escribir.

Si puedo ayudarte en algo, estoy a un click.

¿Te cuesta pedir ayuda legal porque te da miedo que
te hablen raro, te juzguen o te digan que exageras?
Entonces esta newsletter es para ti.
Apúntate para recibir ideas, consejos y reflexiones sin tecnicismos y con corazón.